Abejorros: naturaleza, ecología y comportamiento

Un abejorro cargado de polen.

En el complejo entramado de la naturaleza, los abejorros se alzan como uno de los grupos de insectos más fascinantes y ecológicamente relevantes de nuestro planeta. Estos robustos polinizadores, pertenecientes al género Bombus, han capturado la atención de entomólogos, ecólogos y naturalistas durante décadas, no solo por su peculiar apariencia peluda y su característico zumbido, sino por su papel fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas terrestres.

Los abejorros representan mucho más que simples insectos voladores; constituyen un eslabón crítico en la cadena de la biodiversidad, actuando como mediadores entre el reino vegetal y animal. Su estudio nos revela conexiones intrincadas entre evolución, comportamiento social, adaptación climática y supervivencia de especies, convirtiendo a estos himenópteros en verdaderos embajadores de la complejidad ecológica.

Taxonomía y diversidad: El universo científico de los abejorros

Clasificación taxonómica

Los abejorros pertenecen a la familia Apidae, dentro del orden Hymenoptera, compartiendo linaje evolutivo con abejas melíferas, avispas y hormigas. El género Bombus, establecido por Latreille en 1802, engloba actualmente más de 250 especies distribuidas principalmente en regiones templadas y frías del hemisferio norte, aunque algunas especies han colonizado territorios montañosos tropicales.

La diversidad taxonómica de los abejorros refleja una extraordinaria capacidad adaptativa. En España, por ejemplo, encontramos especies como Bombus terrestris (abejorro común), Bombus lapidarius (abejorro de cola roja), Bombus pascuorum (abejorro cardador) y Bombus hypnorum (abejorro de los huertos), cada una con adaptaciones específicas a diferentes nichos ecológicos.

Evolución y filogenia

Los estudios filogenéticos modernos, basados en análisis moleculares y morfológicos, sugieren que los abejorros divergieron de otros grupos de abejas hace aproximadamente 34 millones de años, durante el Oligoceno. Esta separación evolutiva coincidió con importantes cambios climáticos globales que favorecieron la diversificación de plantas con flores, creando nuevos nichos de polinización.

La evolución de los abejorros está íntimamente ligada a su capacidad de termorregulación. A diferencia de otros himenópteros, desarrollaron mecanismos de calentamiento muscular que les permiten volar en temperaturas cercanas a los 0°C, una ventaja evolutiva crucial para colonizar regiones templadas y de alta montaña.

Un abejorro cardador común Bombus pascuorum extendiendo su lengua hacia una Heuchera
Un abejorro cardador común Bombus pascuorum extendiendo su lengua hacia una Heuchera

Morfología y Anatomía: La Arquitectura Corporal Especializada

Estructura Corporal General

Los abejorros presentan una morfología distintiva que refleja millones de años de especialización. Su cuerpo robusto, dividido en cabeza, tórax y abdomen, está recubierto por una densa pilosidad plumosa que cumple funciones térmicas y de recolección de polen. Esta característica pelusa, formada por pelos ramificados llamados plumas, no solo les confiere su apariencia característica, sino que constituye un sofisticado sistema de aislamiento térmico.

El tamaño de los abejorros varía considerablemente según la especie y la casta. Las reinas pueden alcanzar longitudes de 20-25 mm, mientras que las obreras oscilan entre 8-18 mm. Los machos, conocidos como zánganos, presentan tamaños intermedios pero se distinguen por antenas más largas y ausencia de estructuras de recolección de polen.

Adaptaciones para la Polinización

La cabeza de los abejorros alberga estructuras especializadas para la alimentación y comunicación. Sus mandíbulas robustas les permiten manipular materiales de construcción y defenderse, mientras que la probóscide (lengua) puede extenderse hasta 15 mm en algunas especies, facilitando el acceso al néctar de flores profundas.

Las patas posteriores presentan modificaciones notables: la tibia está ensanchada y cóncava, formando la corbícula o canasta de polen, donde transportan cargas que pueden representar hasta el 30% de su peso corporal. Los tarsos están equipados con cepillos de polen que facilitan la recolección y transferencia de granos polínicos.

Fisiología y termorregulación: Los maestros del control térmico

Sistema termorregulador

Una de las características más extraordinarias de los abejorros es su capacidad de termorregulación activa. A diferencia de la mayoría de insectos, pueden generar calor interno mediante contracciones musculares rápidas de los músculos de vuelo, proceso conocido como termogénesis por tiritona. Este mecanismo les permite elevar su temperatura corporal hasta 35-40°C, independientemente de la temperatura ambiental.

El sistema circulatorio de los abejorros presenta adaptaciones únicas para la distribución del calor. La hemolinfa actúa como fluido térmico, transportando calor desde el tórax hacia el abdomen y extremidades. Durante el vuelo, pueden regular la temperatura torácica mediante ajustes en el flujo hemolinfeático y la actividad metabólica.

Metabolismo energético

El metabolismo de los abejorros es extraordinariamente eficiente. Durante el vuelo, su tasa metabólica puede aumentar hasta 20 veces respecto al estado de reposo, requiriendo un suministro constante de carbohidratos. El néctar floral, rico en azúcares simples, proporciona la energía inmediata necesaria, mientras que las reservas lipídicas se utilizan para vuelos prolongados y mantenimiento térmico nocturno.

Abejorros
Abejorros. Fuente: Ecólatras

Comportamiento social: La complejidad de las sociedades de abejorros

Organización colonial

Los abejorros exhiben un sistema social primitivamente eusocial, caracterizado por división del trabajo, cuidado cooperativo de la descendencia y solapamiento generacional. A diferencia de las abejas melíferas, las colonias de abejorros son anuales y relativamente pequeñas, albergando entre 50-400 individuos según la especie.

La colonia se estructura en tres castas principales: reinas, obreras y machos. Las reinas son las únicas hembras reproductoras, responsables de la fundación colonial y puesta de huevos. Las obreras, hembras estériles de menor tamaño, se encargan del forrajeo, construcción del nido, cuidado de las crías y defensa colonial. Los machos aparecen únicamente durante el período reproductivo, con la función exclusiva de fecundar a las nuevas reinas.

Ciclo vital colonial

El ciclo anual de los abejorros comienza en primavera, cuando las reinas fertilizadas emergen de la hibernación. Estas hembras fundadoras deben localizar sitios de nidificación adecuados, iniciar la construcción del nido y criar la primera generación de obreras sin ayuda externa. Este período inicial, conocido como fase solitaria, es crítico para el éxito colonial.

Una vez que emergen las primeras obreras, la colonia entra en la fase social, caracterizada por crecimiento exponencial de la población y división del trabajo. La reina se dedica exclusivamente a la oviposición, mientras las obreras asumen todas las tareas de mantenimiento colonial. Durante el verano, la colonia alcanza su máximo desarrollo, momento en que se produce la reproducción sexual, con la aparición de nuevas reinas y machos.

Comunicación y coordinación

Los abejorros han desarrollado sofisticados sistemas de comunicación que facilitan la coordinación colonial. Utilizan principalmente señales químicas (feromonas) para marcar territorios, rutas de forrajeo y regular la reproducción. Las obreras depositan feromonas en flores visitadas, creando mapas olfativos que optimizan la eficiencia del forrajeo colonial.

La comunicación táctil también juega un papel importante. Los abejorros realizan intercambios antennales que transmiten información sobre calidad del néctar, distancia a fuentes alimenticias y estado colonial. Aunque no poseen un sistema de comunicación tan elaborado como la danza de las abejas melíferas, pueden transmitir información direccional básica mediante movimientos corporales y vibraciones.

Ecología del forrajeo: Estrategias de búsqueda y recolección

Selección de recursos florales

Los abejorros son polinizadores generalistas con preferencias específicas que varían según la especie, época del año y disponibilidad de recursos. Su lengua relativamente larga les permite acceder al néctar de flores con corolas profundas, como las del género Symphytum, Digitalis o Aquilegia, inaccesibles para otros polinizadores.

La selección floral está influenciada por múltiples factores: concentración de néctar, cantidad de polen, morfología floral, color y aroma. Los abejorros muestran preferencia por flores azules, púrpuras y amarillas, colores que contrastan eficazmente con su sistema visual tricomático. Además, pueden detectar patrones ultravioleta en las flores, invisibles al ojo humano, que actúan como guías hacia los recursos.

Comportamiento de forrajeo

El comportamiento de forrajeo de los abejorros refleja optimización energética y eficiencia temporal. Las obreras desarrollan rutas fijas de visita floral, conocidas como traplines, que minimizan el tiempo de viaje entre recursos de alta calidad. Estas rutas se establecen mediante aprendizaje espacial y se mantienen durante varios días, siempre que la recompensa energética sea favorable.

Un comportamiento particularmente interesante es el zumbido de polinización (buzz pollination), técnica especializada donde el abejorro se agarra a la flor y hace vibrar sus músculos de vuelo sin batir las alas. Estas vibraciones, de frecuencia específica (aproximadamente 400 Hz), liberan eficientemente el polen de flores con anteras poricidas, como tomates, berenjenas o arándanos.

Eficiencia polinizadora

Los abejorros son polinizadores excepcionalmente eficientes debido a varias características morfológicas y comportamentales. Su cuerpo peludo retiene grandes cantidades de polen, que se transfiere efectivamente entre flores durante el forrajeo. A diferencia de otros polinizadores, visitan flores de la misma especie consecutivamente (constancia floral), maximizando la transferencia de polen conespecífico.

La actividad de los abejorros se extiende más allá de las condiciones óptimas para otros polinizadores. Pueden forrajear con temperaturas de 5-8°C, lluvia ligera y vientos moderados, proporcionando servicios de polinización cuando otros insectos permanecen inactivos. Esta versatilidad climática los convierte en polinizadores críticos en regiones templadas y de alta montaña.

Nido de abejorros de cola roja. Bombus lapidarius,
Nido de abejorros de cola roja. Bombus lapidarius. Imagen: Phelyan Sanjoin – FlickrDSCF0390.JPG

Nidificación y arquitectura: La ingeniería de los refugios

Selección del sitio de nidificación

La elección del sitio de nidificación es una decisión crítica que determina el éxito reproductivo de la colonia. Los abejorros muestran preferencias específicas según la especie: Bombus terrestris prefiere cavidades subterráneas como madrigueras abandonadas de roedores, mientras que Bombus hypnorum selecciona espacios elevados en áticos, cajas nido o huecos de árboles.

Los criterios de selección incluyen protección climática, ausencia de depredadores, proximidad a recursos florales y características microclimáticas favorables. Las reinas fundadoras invierten considerable tiempo y energía en la prospección de sitios, evaluando múltiples opciones antes de tomar la decisión definitiva.

Construcción y organización del nido

La arquitectura del nido de abejorros refleja tanto limitaciones del sitio como necesidades coloniales específicas. El nido consiste típicamente en una cámara principal donde se construyen las celdas de cría y se almacenan reservas alimenticias. A diferencia de las abejas melíferas, no utilizan cera para la construcción, sino que emplean una mezcla de cera propia, polen y néctar que forma estructuras redondeadas irregulares.

Las celdas de cría, conocidas como celdas de incubación, albergan desde el huevo hasta la emergencia del adulto. La reina regula la temperatura de incubación mediante comportamiento termogenerador, manteniéndola entre 28-32°C para un desarrollo óptimo. El nido también incluye estructuras de almacenamiento, pequeños recipientes cerosos donde se acumulan reservas de miel para períodos de escasez.

Reproducción y desarrollo: El ciclo de la vida

Apareamiento y fundación colonial

El período reproductivo de los abejorros ocurre típicamente al final del verano, cuando las colonias producen nuevas reinas y machos. Los machos emergen primero y establecen territorios de apareamiento, patrullando rutas fijas donde esperan el paso de reinas vírgenes. El apareamiento ocurre en vuelo o en estructuras vegetales, después del cual los machos mueren y las reinas buscan sitios de hibernación.

Las reinas fertilizadas entran en diapausa reproductiva durante el invierno, refugiándose en grietas del suelo, bajo troncos caídos o en otros microhábitats protegidos. Su supervivencia invernal depende de las reservas lipídicas acumuladas y las condiciones microclimáticas del sitio de hibernación.

Desarrollo de las crías

El desarrollo de los abejorros sigue un patrón holometábolo típico: huevo, larva, pupa y adulto. Las larvas son alimentadas con una mezcla de polen y néctar regurgitado, conocida como pan de abeja, rica en proteínas y carbohidratos esenciales para el crecimiento. La reina y las obreras regulan cuidadosamente la alimentación larval, determinando el tamaño final y potencialmente la casta de los individuos emergentes.

El período de desarrollo varía según la temperatura y la especie, oscilando entre 3-5 semanas desde huevo hasta adulto. Los primeros individuos en emerger son siempre obreras pequeñas, que asumen inmediatamente las tareas de forrajeo y cuidado de las crías subsequentes.

Abejorro detalle de cabeza y ojos.
Abejorro detalle de cabeza y ojos. Fedaro – Trabajo propio

Importancia ecológica: Los abejorros como pilares ecosistémicos

Servicios de polinización

Los abejorros proporcionan servicios ecosistémicos invaluables como polinizadores de plantas silvestres y cultivos. Su efectividad polinizadora supera frecuentemente a otros insectos debido a su tamaño corporal, comportamiento de visita floral y actividad bajo condiciones climáticas adversas. En ecosistemas templados, polinizan aproximadamente el 8-15% de las especies vegetales, incluyendo muchas plantas clave para la estructura y función del ecosistema.

En el ámbito agrícola, los abejorros son polinizadores esenciales de cultivos como tomate, pimiento, berenjena, arándanos y calabazas. Su capacidad de zumbido de polinización los convierte en los únicos polinizadores efectivos de ciertas solanáceas, donde la polinización por abejas melíferas resulta inadecuada.

Interacciones planta-polinizador

Las relaciones entre abejorros y plantas con flores ejemplifican la coevolución entre especies interdependientes. Muchas plantas han desarrollado características morfológicas específicas que favorecen la visita de abejorros: flores con plataformas de aterrizaje, corolas profundas que coinciden con la longitud de su lengua, y patrones de coloración que los atraen selectivamente.

Estas interacciones mutualistas han resultado en especializaciones extremas en algunos casos. Ciertas orquídeas del género Ophrys han evolucionado para imitar feromonas de hembras de abejorro, engañando a los machos para que intenten aparearse con la flor, logrando así su polinización.

Amenazas y conservación: Enfrentando los desafíos del siglo XXI

Pérdida y fragmentación del hábitat

La principal amenaza para las poblaciones de abejorros es la pérdida de hábitat causada por la intensificación agrícola, urbanización y cambio en los usos del suelo. La conversión de praderas naturales ricas en flores a monocultivos agrícolas ha reducido drásticamente la diversidad y abundancia de recursos florales, limitando las opciones alimenticias y de nidificación.

La fragmentación del paisaje agrava este problema al crear barreras de dispersión que impiden el flujo genético entre poblaciones y reducen la capacidad de colonización de nuevos hábitats. Los abejorros, con su limitada capacidad de vuelo comparada con otros polinizadores, son particularmente vulnerables a estos efectos de fragmentación.

Impacto de pesticidas

El uso generalizado de pesticidas, especialmente neonicotinoides, representa una amenaza grave para los abejorros. Estos compuestos neurotóxicos se acumulan en el néctar y polen de plantas tratadas, causando efectos subletales que incluyen desorientación, reducción de la capacidad de aprendizaje, disminución del éxito reproductivo y mayor susceptibilidad a enfermedades.

Los efectos de los pesticidas son particularmente preocupantes durante el período de fundación colonial, cuando las reinas solitarias son más vulnerables. La exposición a dosis subletales puede comprometer su capacidad de establecer colonias exitosas, perpetuando el declive poblacional.

Cambio climático

El cambio climático presenta desafíos complejos para los abejorros. Aunque su capacidad termorreguladora podría parecer ventajosa en un clima cambiante, muchas especies están adaptadas a rangos térmicos específicos y pueden sufrir estrés por calor en temperaturas extremas. Además, el cambio climático altera la fenología floral, desajustando la sincronización entre la actividad de los abejorros y la disponibilidad de recursos.

Las especies de montaña y regiones árticas son particularmente vulnerables, ya que el calentamiento global reduce su hábitat disponible y las fuerza a migrar hacia altitudes mayores con recursos limitados.

Estrategias de conservación

La conservación efectiva de los abejorros requiere enfoques multifacéticos que aborden las diferentes amenazas simultáneamente. Las estrategias incluyen:

Restauración de hábitats: Establecimiento de corredores florales, restauración de praderas nativas y promoción de prácticas agrícolas amigables con polinizadores.

Regulación de pesticidas: Implementación de normativas más estrictas sobre el uso de plaguicidas tóxicos para polinizadores y promoción de métodos de control integrado de plagas.

Monitoreo poblacional: Desarrollo de programas de seguimiento a largo plazo para detectar cambios en las poblaciones y distribucion de especies.

Educación y concienciación: Programas educativos dirigidos a agricultores, jardineros y público general sobre la importancia de los abejorros y medidas para su conservación.

Un abejorro (Bombus) sobre una flor. Imagen tomada en El Quisco, Chile.
Un abejorro (Bombus) sobre una flor. Imagen tomada en El Quisco, Chile. Jorge Barrios – Trabajo propio

Los abejorros en España: Diversidad y particularidades ibéricas

Especies ibéricas

La península Ibérica alberga una notable diversidad de abejorros, con aproximadamente 30 especies registradas que reflejan la heterogeneidad climática y biogeográfica del territorio español. Entre las especies más comunes encontramos Bombus terrestris, ampliamente distribuida desde el nivel del mar hasta los 2.000 metros de altitud, y Bombus lapidarius, característica por su coloración negra con abdomen rojizo.

Las montañas españolas son refugio de especies especializadas como Bombus pyrenaeus, endémica de los Pirineos, y Bombus gerstaeckeri, presente en sistemas montañosos del centro y sur peninsular. Estas especies de alta montaña han desarrollado adaptaciones específicas a las condiciones climáticas extremas de estos ecosistemas.

Importancia en ecosistemas mediterráneos

En los ecosistemas mediterráneos españoles, los abejorros desempeñan roles ecológicos únicos como polinizadores de la flora autóctona. Especies como el romero (Rosmarinus officinalis), lavanda (Lavandula stoechas) y tomillo (Thymus vulgaris) dependen parcialmente de estos polinizadores para su reproducción sexual.

La estacionalidad mediterránea, con veranos secos y inviernos suaves, ha moldeado los ciclos vitales de los abejorros ibéricos, que presentan adaptaciones específicas a estos patrones climáticos, incluyendo diapausa estival en algunas especies y actividad extendida durante los meses otoñales.

Investigación actual y perspectivas futuras

Avances en genómica

Los estudios genómicos modernos están revelando aspectos fascinantes de la biología de los abejorros. La secuenciación de genomas completos ha identificado genes relacionados con la termorregulación, resistencia a patógenos y determinación de castas. Estos avances proporcionan herramientas moleculares para estudios de conservación y manejo poblacional.

La genómica de poblaciones está elucidando patrones de flujo génico, estructura poblacional y adaptación local en especies de abejorros, información crucial para diseñar estrategias de conservación efectivas.

Tecnologías de monitoreo

Las nuevas tecnologías están revolucionando el estudio de los abejorros. Los microsensores permiten rastrear movimientos individuales y patrones de forrajeo con precisión sin precedentes. Los sistemas de reconocimiento automático basados en inteligencia artificial facilitan el monitoreo a gran escala de poblaciones silvestres.

La bioacústica emergente como herramienta para identificar especies y evaluar el estado de las colonias mediante análisis del zumbido característico de cada especie, una técnica no invasiva particularmente valiosa para estudios de campo.

Conclusiones: Reflexiones sobre el futuro de los abejorros

Los abejorros representan uno de los grupos de polinizadores más importantes y vulnerables de nuestros ecosistemas. Su compleja biología, desde la termorregulación activa hasta los sofisticados sistemas sociales, los convierte en objetos de estudio científico de gran relevancia y en indicadores sensibles de la salud ambiental.

El declive documentado de muchas especies de abejorros a nivel mundial subraya la urgencia de implementar medidas de conservación efectivas. La protección de estos polinizadores no solo es importante por su valor intrínseco, sino por su papel fundamental en el mantenimiento de la biodiversidad y la productividad de los ecosistemas naturales y agrícolas.

La investigación futura debe continuar desarrollando nuestro entendimiento de la ecología, comportamiento y necesidades de conservación de los abejorros. Solo mediante el conocimiento científico sólido y su aplicación práctica podremos garantizar que estas fascinantes criaturas continúen zumbando en nuestros paisajes para las generaciones futuras.

La historia de los abejorros es, en última instancia, la historia de la interconnección en la naturaleza. Su supervivencia está inextricablemente ligada a la nuestra, recordándonos que la conservación de la biodiversidad no es solo una responsabilidad ética, sino una necesidad para nuestro propio futuro en este planeta compartido.

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