¿Son colores el blanco y negro?

¿Alguna vez te has preguntado si el blanco y el negro son realmente colores? Esta duda aparentemente sencilla ha generado debates apasionados entre físicos, artistas y filósofos durante siglos. La respuesta, como veremos, no es tan sencilla como podría parecer a primera vista, pues depende fundamentalmente de la perspectiva desde la que abordemos la pregunta.

La naturaleza del color: perspectiva física

Desde el punto de vista de la física óptica, el color es una propiedad de la luz. Lo que percivimos como color es, en realidad, la respuesta de nuestro sistema visual a diferentes longitudes de onda del espectro electromagnético visible (aproximadamente entre 380 y 750 nanómetros).

Cuando la luz solar, que contiene todas las longitudes de onda visibles, incide sobre un objeto, este absorve algunas longitudes y refleja otras. Las longitudes reflejadas son las que percibimos como el color del objeto. Por ejemplo, vemos una manzana roja porque absorve todas las longitudes de onda excepto las correspondientes al rojo.

En este contexto físico, el blanco y el negro presentan comportamientos extremos:

  • El blanco refleja todas las longitudes de onda visibles
  • El negro absorve todas las longitudes de onda visibles

Por tanto, desde la física de la luz (color-luz), el blanco es la suma de todos los colores, mientras que el negro es la ausencia total de luz. Siguiendo este razonamiento, muchos físicos argumentan que:

  • El blanco es un color, pues es la combinación de todos los colores del espectro visible
  • El negro no sería un color, sino la ausencia de luz y, por tanto, de color

Como explicó Isaac Newton en sus experimentos con prismas en el siglo XVII, la luz blanca se puede descomponer en todos los colores del arco iris, demostrando que contiene todo el espectro visible.

La dimensión artística: pigmentos y mezclas

Sin embargo, cuando nos trasladamos al mundo del arte y la pintura, la situación se invierte. En el contexto de los pigmentos y colorantes (color-materia), el comportamiento es diferente:

  • Al mezclar pigmentos de colores primarios (magenta, amarillo y cian) en proporciones adecuadas, teoricamente se obtiene negro
  • El blanco, en cambio, no puede obtenerse mezclando otros pigmentos

Desde esta perspectiva, algunos argumentan que:

  • El negro sería un color, pues resulta de la mezcla de otros colores
  • El blanco sería la ausencia de pigmento (en el caso del papel o lienzo blanco)

«La paradoja del color nos muestra como la física y el arte pueden contradecirse aparentemente, cuando en realidad están describiendo fenómenos complementarios», explica el profesor Antonio Martínez en su libro sobre teoría del color.

Imagen de Daniela Dimitrova en Pixabay

Sistemas de color y modelos cromáticos

Los diferentes sistemas de clasificación del color tampoco logran un consenso:

  1. Modelo RGB (usado en pantallas): El blanco se forma con los valores máximos de rojo, verde y azul (255,255,255), mientras que el negro es la ausencia de estos (0,0,0).
  2. Modelo CMYK (usado en impresión): El negro es un componente independiente (la K), mientras que el blanco simplemente es la ausencia de tinta sobre papel blanco.
  3. Modelo HSB (tono, saturación, brillo): El blanco y el negro se definen por su valor de brillo, no por su tono, lo que los coloca en una categoría diferente.

Incluso la Comisión Internacional de Iluminación (CIE) ha evitado pronunciarse definitivamente sobre si el blanco y el negro son colores en sentido estricto, prefiriendo clasificarlos como «acromáticos» o «neutros».

La perspectiva perceptual y psicológica

Nuestra percepción añade otra capa de complejidad. Aunque técnicamente el negro es ausencia de luz, lo percibimos como un color con características propias. De hecho, podemos distinguir diferentes tonos de negro (un negro azulado, un negro carbonizado, etc.), lo que sugiere que nuestro cerebro lo procesa como un color.

El psicólogo del color Josef Albers demostró que nuestra percepción del blanco y el negro está influenciada por los colores circundantes. En su obra «La interacción del color» expone como un mismo tono de gris puede parecer más claro u oscuro dependiendo del entorno.

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La dimensión cultural e histórica

Las connotaciones culturales del blanco y el negro también han influido en su consideración como colores:

  • En la cultura occidental, el negro se asocia al luto, la elegancia o la formalidad
  • En algunas culturas orientales como la china, el blanco es el color tradicional del luto

Estas asociaciones emocionales y simbólicas han reforzado su estatus como colores en el imaginario colectivo, independientemente de las definiciones técnicas.

Históricamente, tanto el blanco como el negro han sido considerados colores en la mayoría de las tradiciones artísticas. Los pintores siempre han incluido el pigmento blanco (albayalde, blanco de titanio) y negro (negro humo, negro marfil) en sus paletas básicas, tratándolos como colores esenciales.

Imagen de 422737 en Pixabay

Aplicaciones prácticas y conclusión

La ambigüedad sobre el estatus del blanco y el negro tiene implicaciones prácticas. Por ejemplo, en diseño gráfico o moda, ambos se tratan como colores con entidad propia. Un «vestido negro» o una «página en blanco» son descripciones cromáticas válidas en el lenguaje cotidiano.

La industria de la pintura y los tintes comercializa el blanco y el negro como colores, con múltiples variantes (blanco hueso, blanco roto, negro azabache, etc.).

En conclusión, la respuesta a si el blanco y el negro son colores depende del contexto:

  • Desde la física de la luz: El blanco es la suma de todos los colores, el negro es ausencia de color.
  • Desde los pigmentos y artes plásticas: El negro es un color, el blanco podría considerarse ausencia de pigmento.
  • Desde la percepción humana y la cultura: Ambos funcionan como colores con identidad propia.

Como señala el filósofo Wittgenstein, «los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo». La clasificación del blanco y el negro como colores o no-colores refleja las limitaciones de nuestras definiciones ante fenómenos complejos que cruzan fronteras entre ciencia, arte y cultura.

Quizas lo más acertado sería concluir que el blanco y el negro son valores tonales extremos que, dependiendo del contexto, pueden considerarse o no colores, pero que en cualquier caso ocupan un lugar especial en nuestra experiencia visual y artística.

Referencias bibliográficas

  1. Albers, J. (2013). Interacción del color. Alianza Editorial.
  2. Bernal, M. D. M. (2015). Física de la luz y el color: Aspectos físicos de la visión. Universidad de Valencia.
  3. Heller, E. (2004). Psicología del color: Cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón. Gustavo Gili.
  4. Newton, I. (1704). Opticks: or, A Treatise of the Reflexions, Refractions, Inflexions and Colours of Light. Royal Society.
  5. Zelanski, P., & Fisher, M. P. (2001). Color. Ediciones Akal. 

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